Los herederos de Gonzaga se negaron a vender sus tierras y la provincia solicitó la expropiación contra la familia.Los herederos, a saber, José Gonzaga Torres, los hijos Gonzaga Gertrudes, Adela, Aurelia, Mamerta, Juan, Francisco y Vilardo, representados por el abogado Capitán Municipal y Bacolod Manuel Fernández Yanson, no se adhirieron al precio de expropiación de P1,200 por hectárea.Como la provincia no estaba dispuesta a aumentar el precio, el caso se dejó en manos del tribunal para decidir.[2] Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, el Ejército Imperial Japonés ocupó la capital y la convirtió en su cuartel general.[7] Utilizando el diseño arquitectónico neoclásico de Burnham para el capitolio, Juan Arellano ejecutó el proyecto.[4] El edificio está construido en forma de letra E compuesta por la entrada principal, que es la parte media, y las alas a ambos lados del centro.