Con la donación que hizo su nuera Antonia Josefa Vallecillos y Salazar, esposa de su hijo Juan Antonio Garcés de Aguilar y Saa.
En la iglesia matriz de San Pedro existía una capilla dedicada a San Antonio de Padua, la cual era frecuentada por los fieles en la misa los domingos y días festivos.
En este año la capilla fue reedificada por primera vez y posteriormente en 1803.
Las gradas del presbítero y la balaustrada son curvadas al estilo barroco.
El remate es un frontispicio triangular relativamente agudo con dos búcaros, originalmente coronado por un aditamento cerámico (ausente en nuestros días).