En un momento inicial en la película, un turista alemán, claramente emocionado, describe una práctica de asalto y canibalismo que fue usada en el pasado por los pueblos.
La película finaliza con un grupo de turistas que han pintado sus rostros en la "moda nativa" y realizan gestos feroces unos a otros mientras bailan.
O´Rourke presenta en este film la relación que se produce entre unos turistas occidentales y una tribu de Nueva Guinea en 1977.
El turista (que regatea por la artesanía) trata de capturar con su cámara a los nativos primitivos y paisajes exóticos más auténticos.
También se sugiere en las entrevistas el futuro incierto, la procedencia de los blancos (no se sabe de dónde vienen) y del dinero— ¿por qué no podemos regatear en las tiendas cuando compramos y en cambio ellos regatean constantemente?—.