[1] Son plantas por lo general pequeñas y tienen un periodo de floración más corto que la índica.
Debido a su casi nulo contenido en THC (el componente psicoactivo) y a su alto contenido en CBD (el componente no psicoactivo tan apreciado en medicina) es una genética muy utilizada para fabricar inciensos y esencias de manera artesanal.
Las diferencias entre estos tres tipos, en cuanto a los patrones de crecimiento y reproducción, pueden relacionarse con los entornos enormemente diferentes en que vivió el fenotipo tropical original Cannabis sativa L. A medida que se extendía más y más al norte del ecuador tras la última edad de hielo, los diferentes tipos evolucionaron para sobrevivir en nuevos climas.
Rara vez se cultiva por su contenido de THC sino por su amplia gama aromática.
Sus semillas se desprenden con facilidad y pueden sobrevivir más de una estación sobre terreno helado –hasta que las condiciones sean lo suficientemente favorables para permitir el crecimiento.
Las semillas también pueden sobrevivir aunque su cáscara se abra al ser pisada por humanos o animales.
Sus variedades silvestres son casi siempre bajas en THC y relativamente altas en CBD.