En el año 2010 se habitaron otras tres casas.
La empresa habilitó la propiedad conocida antiguamente como «el caserío de Cancio» y las fincas de alrededor (en total unas 4 ha) para poner en marcha un proyecto de autoempleo que permitiese a las socias establecerse en el lugar y promover mejoras sociales concretas, como la potenciación socioeconómica del rural, el fomento del cooperativismo o el cuidado medioambiental.
Para ello, iniciaron su actividad económica, la gestión de un local multiservicios rural, que contempla los siguientes servicios: tienda de productos de artesanía, cultura y alimentación ecológica, restaurante, bar, sala de internet, albergue con capacidad para 8 personas, local social para la realización de actividades, aula de la naturaleza con museo y jardín sensitivo y comestible adaptado para discapacitados.
Todas las instalaciones son accesibles para movilidades reducidas.
Con la instalación en la aldea de este prometedor proyecto, el lugar volvió a coger vida y ofrecer posibilidades reales para su completa rehabilitación y ocupación.