Más tarde se mudaron a la aldea de Grottammare.
Cuando Camila se enteró de que su hermano se había convertido en obispo de Roma (en 1586), fue a pie desde la aldea donde vivía hasta la metrópoli.
Este fingió no reconocerla, por lo que Camila ―que comprendió lo que aquello quería decir―, fue a cambiar de traje y se presentó de nuevo con sus propias ropas ante su hermano, que entonces la reconoció, la alojó en su palacio y le señaló una pensión vitalicia.
[1] Aunque Sixto V se caracteriza generalmente como un solitario genio urbano que trabajó solamente con su arquitecto, Doménico Fontana, el estudio del patrocinio de Camilla Peretti revela que la hermana del papa desempeñó un papel clave en la aplicación del famoso plan Sixtina en Roma.
De hecho, se ha demostrado que dos proyectos de Camilla Peretti formaron un núcleo previamente no reconocido del plan de la Capilla Sixtina, que tradicionalmente se entendía que no había tenido un núcleo central.