Cambios en el esqueleto humano debido al bipedismo

El caminar del ser humano es aproximadamente 75% menos costoso que el andar cuadrúpedo y bípedo de los chimpancés.

[1]​[5]​ Las articulaciones coxofemorales modernas del ser humano son más grandes en comparación a las especies ancestrales cuadrúpedas, ya que se busca soportar mejor mayores cantidades de peso corporal que pasan a través de estas articulaciones.

El acomodo cercano de la columna vertebral y la articulación coxofemoral permite que el ser humano requiera un menor esfuerzo muscular al equilibrarse.

Esta adaptación en los humanos permite que sus rodillas estén más juntas y en el centro de gravedad del cuerpo.

Esto permite que los humanos cierren sus rodillas y puedan pararse erguidos por largos periodos de tiempo sin requerir mucho esfuerzo muscular.

Los músculos glúteos ayudan a prevenir que el tronco del cuerpo se doble o caiga.

Debido a esto, la posición recta de la cabeza es posible sin el prominente arco superciliar y los elementos musculares rígidos encontrados, por ejemplo, en los simios.

El cerebro humano es tres a cuatro veces mayor que el de su pariente más cercano, el chimpancé.

Sin una curvatura lumbar, la columna vertebral tendería a inclinarse hacia delante, lo que requiere un mayor esfuerzo muscular para los animales bípedos.

Con una curvatura hacia atrás, los humanos ejercen un menor esfuerzo muscular al ponerse de pie y caminar erguidos.

[6]​ Las curvaturas lumbares y torácicas ocasionan que el centro de gravedad del cuerpo sea directamente sobre los pies.

[13]​ Las limitaciones físicas han dificultado modificar las articulaciones para dar una mayor estabilidad sin afectar la eficiencia de la locomoción.

Esqueletos de grandes simios en el Museo de Zoología de la Universidad de Cambridge. De izquierda a derecha: Orangután de Borneo, gorila occidental, gorila occidental, chimpancé, humano.