Calle Lanín

Antiguamente fue conocida como Pasaje Silva sin que existan referencias concretas sobre el origen del nombre, pudiendo tratarse del apellido de algún antiguo vecino.

Corta y sinuosa, presenta la particularidad de ser una muestra permanente de arte urbano gracias a una idea y realización del artista plástico Marino Santa María.

El proyecto logró concretarse gracias a un convenio entre el artista, la Fundación del Banco Ciudad de Buenos Aires, la Secretaría de Cultura de la ciudad, la empresa de pinturas Alba S.A., Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura, la Unesco, y la Corporación Buenos Aires Sur.

Los frentes fueron pintados con predominio de colores primarios, y buscando ser coherentes con el estilo arquitectónico de cada casa.

Los vecinos de Lanín apoyaron la iniciativa y algunos hasta pintaron las fachadas de sus hogares, cambiaron las veredas y aumentaron la iluminación para estar a tono y mejorar aún más el aspecto de la calle:

Intersección final con Suárez y Feijoo.