El calentador consistía en un recipiente similar a una sartén con una tapa con o sin perforaciones y un mango largo que se deslizaba entre las sábanas de las camas.En particular, los dormitorios podían quedarse muy fríos por la noche durante los meses del invierno.Algunos ejemplares contaban con orificios en la tapa a través de los que dejaba escapar el calor.Otros eran completamente descubiertos con una estructura semicircular en su parte superior para alejar las brasas de la sábana.En la actualidad, se pueden encontrar en anticuarios y son habituales como elementos decorativos en casas de estilo rústico.