En 1983 se hallaron en el lecho del Miño cinco hachas de bronce del siglo VIII o IX a. C. En 1976 había aparecido un casco del mismo material datado en el IV a. C.; ese casco se atribuye a la cultura castreña, y se expone en el Museo Diocesano de Tuy.
Con el fin de aprovechar el agua para regar el maíz y para curar las heridas del ganado, además de darle uso como agua bendita, los vecinos hicieron un pozo que quedaría arruinado por una crecida del río.
[2] Gracias al tren y a las aguas termales, Caldelas tuvo épocas de prosperidad.
Esta industria arenera sería suprimida más adelante por su fuerte impacto ambiental.
[2] Además del balneario, en Caldelas hay varias casas rurales, un supermercado y una discoteca.