Muy pronto invitan a Mauricio Pauly como cantante, quien por la necesidad de encontrar un bajista decide iniciarse meses después en el instrumento.
El trío se mantiene muy activo experimentando con sonidos, grabaciones y composiciones, probando diferentes bateristas hasta que en el 1991 conocen a José Manuel Ospino y pasa a ser el cuarto integrante de la banda.
Compartieron escenario en conciertos de bajo perfil con otras bandas que estaban naciendo en la época como Gandhi, Evolución, Hormigas en la Pared y otros, tratando de consolidar entre todos un incipiente movimiento "alternativo" en la escena musical Costarricense.
En 1996 lanzaron su primer álbum en calidad casete: ‘Los huesos de un pequeñísimo sapo, o ya es otoño para el osito negro’ el cual se agotó en poco tiempo.
La experimentación generada a nivel musical en Bruno Porter sirvió como base para los diferentes caminos que tomaron los miembros de la banda.