El humorista argentino Julio Victorio De Rissio, más conocido como Doctor Tangalanga, es un claro ejemplo.
Por ejemplo, se les informa de que existe una emergencia en un lugar determinado y cuando llegan al lugar de destino descubren que es un engaño.
Este tipo de bromas producen importantes gastos en recursos materiales, humanos y en tiempo para estas instituciones.
[2] Asimismo, el volumen de estas llamadas saturan las líneas disponibles de la institución afectada, impidiendo que las llamadas por verdaderas necesidades sean atendidas.
[6] Son conocidas por las llamadas hechas a números de casa con el fin de hacerse pasar por un patrocinador de una oferta o beneficio, o simplemente pidiendo contactar a determinada persona para obtener satisfacción haciéndola enfadar o escuchar las reacciones ante propuestas varias, en general ridículizantes.