Al contrario de lo que se suele creer, no es un híbrido entre la coliflor y la brócoli (colibrocoli).
Aunque existen coliflores de color violeta y amarillo, ninguna tiene la forma tan singular del romanesco.
[1] El cultivo de esta especie comenzó en Europa ya en la Edad Contemporánea, con toda probabilidad en Italia en la primera mitad del siglo XIX.
[2] Como todas las especies de esta familia, es rica en nutrientes, vitamina C, fibra soluble, potasio, fósforo, ácido fólico y carotenoides.
[1] Una de sus más llamativas características es que presenta geometría fractal en su estructura.