Pertenecen al mismo orden que los martines pescadores, los abejarucos y las carracas.
Se parecen mucho más a las últimas, por lo que algunas veces son consideradas de la misma familia, Coraciidae.
A menudo lo único que permite conocer su presencia es el ulular del reclamo en el cortejo.
Estas aves anidan como parejas solitarias en cavidades que ellas mismas excavan, a diferencia de las verdaderas carracas, las que raramente anidan en huecos en la tierra, e incluso en ese caso no lo excavan ellas mismas.
No existe actualmente ningún registro fósil de Brachypteraciidae; restos del Eoceno de Europa que en un principio se asignaron a esta familia fueron luego reconocidos como muy diferentes (Mayr & Mourer-Chauviré 2000).