Su corteza tiene la textura del papel y se extrae fácilmente.
Los individuos que crecen en las pendientes escarpadas desarrollan un muñón, en forma de cojín, en la base del tronco que se adhiere a la roca y le asegura una cierta estabilidad.
El árbol del incienso se encuentra en Somalia, Etiopía, Yemen y Omán.
Algunos botánicos consideran que la variedad de Somalia es una especie distinta denominada B. carteri.
La resina se extrae practicando una pequeña incisión, no muy profunda, en el tronco o las ramas del árbol o bien retirando una parte de la corteza del mismo.