Bonifacio Byrne

Pocos años más tarde, en 1896, tuvo que emigrar a los Estados Unidos al publicar sus sonetos en ocasión del fusilamiento de Domingo Mejía.Con la fe de las almas austeras,hoy sostengo con honda energía,que no deben flotar dos banderasdonde basta con una: ¡la mía!En los campos que hoy son un osariovio a los bravos batiéndose juntos,y ella ha sido el honroso sudariode los pobres guerreros difuntos.Orgullosa lució en la pelea,sin pueril y romántico alarde;¡al cubano que en ella no crease le debe azotar por cobarde!Del destierro en el alma la trajeentre tantos recuerdos dispersos,y he sabido rendirle homenajeal hacerla flotar en mis versos.Si deshecha en menudos pedazosllega a ser mi bandera algún día...¡nuestros muertos alzando los brazosla sabrán defender todavía!...