La "Sociedad Bolsa Montevideana" se creó con dos cuerpos empresariales diferenciados por su actividad: la Cámara Sindical, que representaba los intereses del comercio, y la Comisión Interna de Corredores, que regulaba la actividad de los Corredores.
La primera década del siglo XX fue un período de muy rápido crecimiento y la Bolsa experimentó un fuerte desarrollo.
La operativa estaba dominada por la Deuda Pública que, hacia 1904 representaba el 90% del total de transacciones.
Entre ese año y 1982 se volvió a vivir uno de los tres períodos históricos en que la actividad bursátil registró un crecimiento superior al del producto del país.
La contracción del mercado accionario se reflejó tanto en el volumen operado como en el número de empresas cotizantes en Bolsa: en 1979 operaban 33 empresas y en 1985 esta cifra había caído a 23.
A partir de 1990, el Estado uruguayo procuró nuevos mercados de financiamiento, más allá del local, emitiendo Euronotas y Eurobonos en los mercados internacionales.
La mencionada Ley procuró, no solo desarrollar el mercado, sino también organizar su funcionamiento.
Dicho servicio fue iniciado en 1997, originalmente en sociedad con el banco ABN Amro.
Las Asambleas Generales Extraordinarias se reúnen cuando lo dispone el Consejo Directivo por iniciativa propia o a pedido de quince socios, siempre que lo soliciten con indicación de los asuntos a tratar.
Los miembros del Consejo Directivo duran dos años en el ejercicio de sus cargos, pero la renovación se hace anualmente en forma parcial.
El control interno en la Bolsa de Valores de Montevideo es ejercido por la Comisión Fiscal, integrada por tres socios activos elegidos anualmente en el mismo momento que los miembros del Consejo Directivo.
y la Bolsa Electrónica de Valores del Uruguay S.A. (BEVSA)[1].