Chuji despista a los perseguidores de Kenji, y lo esconde en su casa.
En una reseña de Variety, Ken Eisner comento: "Este último esfuerzo del director nipón Takashi Miike, que ha logrado producir siete largometrajes tremendamente divergentes en poco más de tres años, lo lleva en otra dirección.
Ambientada en una versión de Okinawa de la cultura juvenil underground, “Blues Harp” empareja a un músico birracial en apuros con un yakuza hábil y prometedor, con resultados volátiles y elegantes.
Los resultados crean un sólido material para el festival, con un guiño especial a los eventos gay que buscan algo diferente".
Con grandes actuaciones, una maravillosa banda sonora, así como una brillante colaboración entre edición, cámara y música, “Blues Harp” es una recomendación para aquellos cinéfilos deseosos de ver al director haciendo algo más que sus excesos “habituales”.