Estos dispositivos se pueden utilizar en cualquier lugar, pero se utilizan principalmente en lugares o recintos dónde están restringidas las llamadas telefónicas, para no perturbar actividades por el ruido como en escuelas u hospitales, o para evitar comisión de crímenes como sería el caso de las cárceles y otros establecimientos penitenciarios.
Mientras que el teléfono celular analógico a menudo sufría de mala recepción, y podían incluso ser desconectado por simple interferencia, como ruido de alta frecuencia, el teléfono digital cada vez más sofisticado, ha llevado a aparatos interruptores también más elaborados.
Las aplicaciones civiles fueron evidentes, por lo que con el tiempo, muchas empresas originalmente contratadas para diseñar inhibidores de uso gubernamental, eligieron vender estos aparatos a entidades privadas.
Los modelos nuevos, como los de doble y triple banda pueden bloquear todos los sistemas ampliamente utilizados (CDMA, iDEN, GSM, et al.
Como la tecnología de red dominante y las frecuencias usadas para teléfonos móviles varían en todo el mundo, algunos trabajan sólo en determinadas regiones como Europa o América del Norte.
En dispositivos más fuertes, las antenas son externas para proporcionar mayor alcance y puedan ajustarse a las frecuencias individuales.
Dispositivos más fuertes pueden ser enchufados en un tomacorriente estándar o conectados al sistema eléctrico del vehículo.