Un biomicroscopio ocular es un instrumento óptico utilizado para la observación del ojo, permitiéndonos ver los detalles a nivel externo e interno del globo ocular y sus anexos.
Alrededor de 1890, el alemán Siegfried Czapski (1861 – 1907; físico y óptico) agregó la binocularidad a este biomicroscopio.
Allvar Gullstrand (1862 – 1930; oftalmólogo y médico), creó el primer biomicroscopio ocular con la iluminación adecuada para poder examinar el ojo de manera clínica.
Como en todo sistema óptico, a mayores aumentos, menores serán su campo visual y su profundidad de foco.
Consecuentemente, los rayos salen de forma paralela del anteojo, entonces se necesitará una lente focalizadora para formar una imagen intermedia sobre la focal objeto del ocular y así evitar que el observador acomode.
Esta configuración proporciona una iluminación de intensidad uniforme (sin sombras) y regular sobre el ojo paciente.
La mayoría de instrumentos presentan un sistema mecánico para poder realizar las medidas correctamente.
Como en todos los instrumentos de observación ocular, se requiere que el paciente este quieto para facilitar el examen al observador, con la ayuda de una mentonera y un apoya frentes conseguiremos estabilizar al paciente.
Primero se pondrán en estación los oculares moviéndolos de fuera a dentro para así evitar acomodar durante la observación.
Hay que tener en cuenta que no se hablarán de dos técnicas ya que no son utilizadas para la exploración de estructuras corneales, estas dos técnicas son: Iluminación directa: haz cónico e Iluminación directa: iluminación tangencial.