Billete de cien pesos mexicanos

Se utiliza una tinta especial que cambia de color dependiendo el nivel de la luz, se encuentra tanto el numeral como los números al interior corresponden a la denominación del billete.

Los números que forman el folio del billete van aumentando de tamaño.

Estas figuras son difíciles de imitar con impresoras o fotocopiadoras, ya que al hacerlo se obtienen imágenes a base de puntos y no de líneas En el reverso de todos los billetes hay diseños impresos con tintas fluorescentes que brillan al ser expuestas a la luz ultravioleta (también conocida como "luz negra").

En el gobierno de Salinas, quitó los ceros, haciendo los nuevos billetes tipo D que fueron muy útiles, pero la verdad no tan económicos ya que estaban hechos de algodón tenían el hemiciclo a Nezahualcóyotl y Xochimilco.

Como al Banco no le convenía utilizar el algodón en un billete de tan baja denominación decidió hacerlo esta vez de polímero y tenían un diseño parecido al anterior.

Gracias a Juan Ignacio María de Castorena Ursúa y Goyeneche, obispo de Yucatán, se conoce la obra que sor Juana tenía inédita cuando fue condenada a destruir sus escritos.