Bien de experiencia

Los bienes de experiencia son aquellos bienes cuya características relevantes como la calidad, resistencia o durabilidad no pueden ser determinados por el cliente hasta una vez que han sido adquiridos o consumidos.

En este tipo de bienes pueden existir incentivos a producirse fraudes respecto a los elementos del bien como puede ser la calidad.

Este problema se acentúa aún más en los denominados bienes de confianza, en los que el resultado del bien solo puede ser juzgado por un experto.

Frente a este tipo de bienes, los denominados bienes de búsqueda pueden ser enjuiciados por el consumidor con carácter previo a su adquisición.

Este tipo de bienes fueron estudiados por primera vez por Philip Nelson en 1970.