La capa única distintiva (es decir, no tiene manto interno) cae en rizos sueltos y abiertos por todo el cuerpo, con pelo más corto en la cara.
Muda muy poco de pelo, pero requiere peinado regular para prevenir que se enrede.
[2] Sus orígenes datan desde la época romana y cuyos ancestros son citados por Aristóteles (384-322 a. C).
Bajo la denominación de “canes melitenses”, se convierte en el regalo más apreciado en los siglos XI-XII por las cortes europeas.
Vemos aquí una clara muestra del valor que se le seguía dando a este precioso animal por aquel entonces.