La empresa lo trasladó como director de operaciones a Polonia tras la invasión del país por la Alemania Nazi.Beitz marchó con su esposa y terminó bajo las órdenes del alto mando de la Wehrmacht.Al finalizar la guerra y regresar a Alemania conoció a Alfried Krupp, miembro de la conocida familia Krupp, que le propuso reflotar su industria y Beitz se puso manos a la obra en una planta en Essen.Al tiempo que Krupp se enfrentaba al juicio que lo condenaría por crímenes contra la humanidad por usar mano de obra esclava en la Alemania Nazi, Beitz se dispuso a reflotar el imperio de la industria pesada de la familia, la ThyssenKrupp, depurando el pasado nazi de la empresa y poniendo en práctica su modelo social de negocio.En 2008, en una entrevista al diario alemán Süddeutsche Zeitung, se supo que Berthold Beitz había sido reconocido por Israel como Justo entre las Naciones, el más alto honor que concede el país a quienes, no siendo judíos, ayudaron a mitigar el Holocausto de la Alemania Nazi.