Berberomeloe insignis

[1]​ Es un endemismo exclusivo del sureste de la península ibérica, conocido únicamente en las provincias de Almería, Granada y Murcia.

Se diferencia de la aceitera común (Berberomeloe majalis) por poseer dos manchas rojas en las sienes.

Cuando se ve amenazado segrega una sustancia llamada cantaridina, parecida al aceite (ya que es hemolinfa) y muy tóxica que provoca daños en la piel (irritación, erupciones...), vómitos, diarrea y anomalías en el aparato urinario en caso de que sea ingerida.

Debido a un declive muy pronunciado de sus poblaciones en los últimos años, en la actualidad se considera que su estado de conservación es vulnerable.

Carece de protección en la legislación autonómica.