Tenían diez brazos de igual longitud todos con pequeños ganchos curvos hacia adentro que utilizaban para agarrar sus presas.
[3] Los belemnitidos (y otros belemnoides) se diferenciaban de los calamares modernos en cuanto tenían esqueletos internos.
El esqueleto interno está compuesto del rostrum (plural: rostra), una estructura sólida en la parte posterior de los animales.
La parte anterior del fragmocono es una estructura delgada muy frágil denominado el proostracum (plural: proostraca).
Posee forma de cuchara, y se extiende sobre la parte dorsal del manto.