Beata Beatrix (réplica)

En lo relativo al concepto y a la iconografía, esta pintura presenta pocas diferencias respecto a la original pintada entre 1864 y 1870, a excepción de la predela, la cual aporta motivos dantescos así como un significado autobiográfico y una reminiscencia del arte medieval, evidenciando además los Cantos XXIX y XXXI del Purgatorio de Dante, en los cuales se menciona el castigo de Dante impuesto por Beatrice por su devoción vacilante así como también la contrita declaración de Dante sobre su falta.

En la réplica todos los elementos se hallan articulados con gran precisión: las figuras de Dante y Eros; sus respectivos accesorios (el pozo, símbolo del renacimiento y la Nueva Vida con la que Beatriz está soñando.

En el original, Rossetti sitúa una aureola sobre Beatriz (al igual que en la figura del Amor) mediante una ingeniosa manipulación del tono dorado el cual otorga un aspecto natural y artificial a la vez, alcanzando dicha luz dorada a la totalidad de los dos tercios izquierdos de la imagen.

La réplica constituye, en términos generales, una pintura considerablemente más dinámica que la obra original, girando la energía en esta ocasión en torno a tres líneas: las definidas por el reloj de sol, la que une a la paloma con la figura del Amor, y la del brazo derecho de Beatriz, estando estas simbólicas relaciones plasmadas en tonos rojo y dorado.

El detallado comentario de Rossetti a Graham refleja perfectamente la iconografía de la obra: Varios autores señalan que la amapola portada por el místico pájaro (una advocación del Espíritu Santo) simboliza la muerte y la castidad.

Stephens, presumiblemente en concurrencia con el artista, afirma que Beatriz está sentada "en un balcón del palacio de su padre en Florencia.

Beata Beatrix , por Rossetti (1864-1870)
Réplica de Beata Beatrix en su marco original