La población está situada en la confluencia de los ríos Mūsa y Mēmele donde forman el río Lielupe.
A mediados del siglo XV la Orden Livona construyó el castillo de Bauska.
Tras la Guerra Livona Bauska pasó a formar parte del Ducado de Curlandia.
Sin embargo, en el siglo XVIII muchos judíos se trasladaron a la villa y en 1850 ya componían la mitad de la población diluyendo la fuerte influencia alemana.
Desde 1918 a 1940, los habitantes letones aumentaron considerablemente en Bauska, alcanzando el 75% de la población, aunque los judíos y alemanes todavía mantenían una notable presencia.
[2] En 1941, tras la invasión Nazi, los judíos restantes de Bauska y sus alrededores fueron ejecutados y/o torturados.