Durante esta batalla, los alemanes alcanzaron la posición más cercana a Amiens de toda la ofensiva.
Finalmente, el 30 de marzo se frena su evolución para dar descanso a los soldados.
Su objetivo era asegurar aquella ciudad y las tierras altas circundantes para que los bombardeos sistemáticos de la artillería alemana pudieran destruir Amiens y obligar a que los aliados se rindieran.
El combate subsiguiente tuvo dos sucesos notables: el uso de tanques por ambas partes y el contraataque nocturno organizado precipitadamente por las unidades australianas y británicas (incluyendo la agotada Brigada 54) que recuperó dramáticamente Villers-Bretonneux y detuvo el asalto alemán.
La ofensiva alemana había llegado al punto máximo de expansión y tras esto, Ludendorff decidió pausar la ofensiva.