Un ejército imperial comandado por Albrecht von Wallenstein abandonó el asedio a Stralsund para salir al encuentro de Cristián IV.
[2] A esas alturas, los refuerzos que venían desde Suecia se encontraban en camino.
[2] A partir de allí, pudo recuperar el pueblo, donde 500 soldados daneses aislados del ejército principal no tuvieron otra opción que rendirse.
[4] La batalla fue la última entre Cristián IV y el Sacro Imperio Romano Germánico.
[19] Por otro lado, Wallenstein también necesitaba la paz: Las campañas de Cristián IV fueron un éxito en la medida que mantuvieron ocupadas a las fuerzas imperiales en otros lugares, y con respecto a Dinamarca, esta fue una de sus principales motivaciones para los asaltos.
[13] Por eso, la Paz de Lübeck devolvía a Cristián IV todas sus posesiones anteriores al inicio de la guerra, mientras que él prometía no volver a intervenir en el Imperio.
[21] En 1630, Gustavo II Adolfo empezó la invasión sueca del Sacro Imperio Romano Germánico desembarcando en Usedom, cerca de Wolgast- en el mismo lugar donde lo había hecho Cristián IV anteriormente.
[22] Gustavo II Adolfo murió mientras sus éxitos se hacían más duraderos, y retornó en un ataúd a Wolgast el 15 de julio de 1633, cuando su cuerpo fue embarcado para su traslado final a Suecia.