Uno era sembrar la confusión sobre los objetivos finales de la campaña ya que había un sentimiento extendido en casi todos los observadores, especialmente los del alto mando soviético, de que los alemanes iban a reabrir su ataque sobre Moscú en verano.
Con un fuerte ataque hacia Vorónezh (cerca de donde los alemanes consiguieron la mayor penetración en el frente oriental) se escondería la naturaleza del verdadero objetivo.
Fuerzas soviéticas fueron enviadas a la zona para preparar las defensas, pero estas no se movían a la misma velocidad que los alemanes, quienes girarían hacia el sur y los dejarían atrás.
[2] Le tomó dos días a las divisiones de infantería del Grupo de Ejércitos Sur, para alcanzar Vorónezh y permitir el avance de los Panzer; Adolf Hitler posteriormente apuntó que estos dos días, junto a otras demoras evitables, permitieron al mariscal Semión Timoshenko reforzar Stalingrado evitando la toma de la ciudad por parte del 4º Ejército Panzer.
Los soviéticos retomaron la ciudad en la batalla de Vorónezh de 1943, destrozando prácticamente a las unidades del 2.º Ejército Húngaro que la defendían desde el verano anterior.