Esteban I de Hungría había contraído matrimonio con Gisela de Baviera, hermana del que sería Enrique II del Sacro Imperio Romano Germánico.
Por esta razón, Hungría y el Sacro Imperio marcharían en paz hasta la fecha de la muerte del emperador en 1024.
El siguiente emperador, Conrado II, miembro de otra dinastía manifestó deseos de someter a Hungría como vasallo del Sacro Imperio y así, en 1030 llevó a cabo una incursión en territorio húngaro.
Las tropas de Conrado II se adentraron en territorio húngaro en 1030 y se vieron enfrentados a serios problemas por la escasez de alimentos y provisiones.
La derrota fue inminente y se vieron forzados a retirarse de inmediato, siendo perseguidos por los húngaros hasta Viena.