Cayó en desuso debido a su gran dificultad de interpretación.Su tamaño es similar al del violonchelo; tiene seis o siete cuerdas de tripa que son frotadas con el arco, más entre nueve y veinticuatro cuerdas que vibran por simpatía (normalmente doce) pulsadas por el pulgar del músico para crear contraste tímbrico y que dotan de gran resonancia al sonido del instrumento.Las obras más conocidas del repertorio para baritón son las 175 escritas por Joseph Haydn para su mecenas, el príncipe Nikolaus Esterházy, que tocaba el instrumento como aficionado.La escritura no es demasiado exigente para el intérprete de baritón; Haydn elige tonalidades fáciles y exige pocas veces que se toquen a la vez cuerdas frotadas y pulsadas.Entre los músicos que hoy lo tocan están Jeremy Brooker, Kazimierz Gruszczyński, José Manuel Hernández, John Hsu y Roland Hutchinson.
Copia del baritón del príncipe de Esterhazy, en su palacio de
Eisenstadt
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