Por regla general, son los marineros y los constructores de barcos quienes construyen y regalan a la iglesia los barcos votivos.
[1] Los barcos votivos son comunes en las iglesias de los países nórdicos: Dinamarca,[2] Suecia, Noruega[3] y Finlandia, así como en las Islas Aland[4] y las Feroe, pero también los hay en Francia, Alemania, el Reino Unido[5] y España.
La práctica de exhibir maquetas de barcos en las iglesias se remonta a la Edad Media y parece haber sido conocida en toda la Europa cristiana, tanto en países católicos como luteranos.
[2] Los barcos votivos son bastante comunes en Francia, en las ciudades costeras y también en algunas del interior, ya sea en forma de maquetas (generalmente hechas por marineros después de escapar de un naufragio) o como pinturas que representan alguna situación peligrosa.
La iglesia de Sainte Anne d'Auray en Bretaña tiene la mayor colección francesa de exvotos marinos, pero la práctica incluso se extiende a las costas francesas mediterránea, incluida Córcega.