Un único espécimen fue examinado por Legendre y Roth para determinar su masa corporal.
De dicha estimación se establece que el ejemplar llegaba a los 66.4 kilogramos.
[2] Las especies mayores probablemente llegaban al tamaño de un león actual, con grandes dientes caninos como en otros barburofélidos.
También poseían prominentes flancos en sus mandíbulas inferiores y un inusual cráneo convexo.
Aunque la familia de los barburofélidos evolucionó hacia animales muy similares a los felinos actuales, estos no son sus descendientes.