El Banco de Tierras fue un proyecto desarrollado en Aragón, España, enmarcado dentro de la reforma agraria y encargado de redistribuir los terrenos agrícolas de forma que se adecúen lo más posible para el desarrollo y modernización agraria y social del campo.
A pesar de que dicha ley fue aprobada la misma no se desarrolló.
El Banco de Tierras las integra para arrendarlas de la forma más conveniente al desarrollo rural.
El arrendamiento se gestiona por períodos de entre 5 y 30 años.
En el caso de Asturias, el Banco de Tierras capta fincas por cesión o adquisición y las transmite para los siguientes fines: Todo ello persigue mantener la actividad agrícola en los terrenos que se vienen empleando para tal fin, de modo que por jubilación o abandono de la actividad, ésta no cese, siendo transmitida la explotación a otro titular, por mediación y con la garantía del Banco de Tierras.