Allí escribió una carta con copia entregada para su custodia al guardián del convento franciscano.
Al principio el príncipe le creyó poco adecuado, pero tras consultar a Haultpenne fue asignado a Christoffel d' Assonleville, quien le pidió que pusiese por escrito su plan, lo que hizo el 11 de abril de 1584.
Para sus primeros gastos pidió cincuenta coronas, petición que fue rechazada «me proveeré de mi propia bolsa», le dijo a Assonleville, «y dentro de seis semanas oirás de mí»--«ve, hijo mío», dijo Assonleville, «y si tienes éxito en tu empresa, el rey te cumplirá todas sus promesas y obtendrás un nombre inmortal».
Él se excusó diciendo que con sus ropas raídas y sin zapatos nuevos no podía unirse a la congregación en la iglesia cercana.
Guillermo puso su mano en la cabeza del viejo capitán, momento en el que Balthasar Gérard saltó desde un rincón oscuro.
Gérard escapó por la puerta lateral y corrió por un estrecho sendero perseguido por Roger Williams.
Un sirviente y un alabardero del príncipe que habían corrido tras él le atraparon.
En ese momento llegaron más pajes y alabarderos del príncipe, que le arrastraron adentro de la casa a puñetazos y golpes con la empuñadura de las espadas.
En el interrogatorio no mostró desesperación ni arrepentimiento alguno, sino un júbilo tranquilo.
Durante los tres días siguientes se le abucheó y colgó de un palo con las manos atadas a su espalda.
Cuando le retiraron los zapatos, su piel chamuscada se había desprendido de la carne.
[cita requerida] Esta oferta fue rechazada con desdén, así que los estados siguieron bajo el gobierno de la familia Gérard.