Baladas (Chopin)

Frédéric Chopin compuso cuatro baladas para piano, que se han convertido en piezas muy famosas entre los pianistas dadas sus frecuentes interpretaciones, sobre todo la primera de ellas, además de la dificultad técnica que presentan.Las cuatro baladas de Chopin comparten rasgos estilísticos que marcan la diferencia como género narrativo-musical.Hay dos aspectos comunes que dan forma de “historia” a estas cuatro obras: El tempo y la estructura formal.Chopin elige los compases de 6/4 o 6/8 y un tempo moderato en todas, lo que les confiere un ritmo interno en común.[3]​ En cuanto a la estructura, Chopin comienza a apostar por las formas en un único movimiento, de forma ininterrumpida como el énfasis en una única línea de acción desarrollada con precipitación, ya que hay un motor interno que siempre va hacia delante, queriendo culminar en un clímax final que se detiene a contemplar, pero nunca mira hacia atrás.[6]​ Inicia con un diseño ascendente, a modo de pregunta, al que sigue un tema lírico y melancólico.Cabe destacar el soberbio paso del andantino al presto con fuoco, por su espléndida violencia y belleza.