Baccharis coridifolia
Posee tricotecenos como principios tóxicos, sustancias producidas por hongos que viven en simbiosis con ella.[2] Las toxinas son del grupo de los trichotecenos: roridina A y la roridina E, producidas por el hongo del género Myrothecium, en simbiosis con Baccharis, que luego son absorbidas y transformadas por esta planta.Posee también una resina, alcaloides (bacarina) y un aceite esencial de color amarillo verdoso.Se los puede acostumbrar a evitar su ingesta, frotando sus encías y labios con plantas frescas (eficiente en equinos).Baccharis coridifolia fue descrita por Augustin Pyrame de Candolle y publicado en Prodromus Systematis Naturalis Regni Vegetabilis 5: 422.