Durante varios días pareció que Hungría podría librarse del control de la URSS.
"Sentíamos que estábamos jugando no solo por nosotros, sino por todo nuestro país", dijo Zador tras el partido.
Con un 4-0 en el marcador al llegar los minutos finales, Zador fue obligado a abandonar la piscina tras ser golpeado por Valentin Prokopov.
El equipo húngaro continuó en la competición venciendo a Yugoslavia por 2-1 en la final, y ganando así su cuarto oro olímpico.
El film fue producido por Lucy Liu y Quentin Tarantino, quien lo describió como "la mejor historia que jamás me han contado".