Ayapin fue un cacique Tahue del siglo XVI, originario de Kolwahcan (hoy Culiacán).
El día siguiente fueron testigos del poderío español, permanecieron impresionados y sin movimiento.
Antes de ello, combatían aisladamente, practicando el «albazo», debido a su desorganización y armamentos ineficaces.
Con Ayapin, joven, valeroso y dueño de una agradable personalidad, la rebeldía progresó.
Sin embargo, no pudo hacer más, debido a la superioridad de las armas españolas.