Suministró maquinaria para la industria, la agricultura, la sanidad y el transporte.
También fundió obras artísticas, ornamentales y de mobiliario urbano.
En 1886, coincidiendo con el surgimiento de las grandes empresas siderúrgicas vascas, le llevó a fundar en Bilbao la fábrica Averly y Cía.
[1] En 1918 se convirtió en sociedad anónima, Averly S.A., y pasó a ser dirigida por Faustino Bea hasta 1960, año en que le sustituyó Guillermo Hauke Bea.
[1] Junto con los productos metálicos de uso industrial, en Averly se desarrolló muy especializadamente la fundición artística.
Algunos ejemplos a resaltar sobre el escenario urbano zaragozano: Tuvo una gran actividad en la fundición de mobiliario urbano y ornamentación: En 2013, la constructora Brial compró la fábrica para construir pisos, respetando únicamente lo que había sido declarado Bien de Interés Cultural (la vivienda de la familia y la entrada principal).
[4] Se creó una plataforma ciudadana para salvar las naves de Averly.
[6] Desde 1863 en Averly se encuentran buena parte de relevantes aspectos de la historia económica regional y un material indispensable para la historia del arte y del urbanismo.