Hacia mediados del siglo XIX, el lugar, una anteiglesia ya por entonces con ayuntamiento propio, tenía contabilizada una población de 1107 habitantes.
Tanto, que en una de ellas celebró reuniones el Lehendakari Aguirre, quien mantenía relaciones con varios significados nacionalistas del pueblo, que a la sazón marcharían al exilio junto a Aguirre.
Diputación de Vizcaya y el Gobierno Vasco.
A unos años de la construcción del palacio, y visto el aumento demográfico que sufría el pueblo, la diócesis vizcaína mandó construir una fastuosa iglesia, con seis altos pilares y un inmesurado campanario, ejemplo claro de lo que supuso el estilo vasco-renacentista en la construcción de iglesias de la época.
Dicha iglesia se ubicó en dirección opuesta al palacio de la familia fundadora del pueblo, y ante la fachada del solar se construyeron el ábside y la sacristía, dejando la puerta de entrada lejos del palacio.