Para proporcionar a sus tres hijos menores con un ingreso que fuera adecuado a su estatus, el duque Cristián I les asignó a cada uno de ellos, antes de su muerte, un pequeño territorio como infantazgo; sin embargo, estos territorios siguieron siendo dependientes de la línea Sajonia-Merseburgo mayor, y sus poderes soberanos estaban severamente limitados.
Su gobierno allí hizo que la ciudad floreciera en una manera excepcional.
En 1694 ordenó la reconstrucción del Schloss Zörbig para convertirlo en una residencia nueva y cómoda; sin embargo, Augusto murió antes de que las obras terminasen.
Tras su muerte, el castillo fue asignado a su viuda Eduviges y su única hija superviviente Carolina como su residencia.
Puesto que no tenía heredero varón superviviente, el territorio de Sajonia-Merseburgo-Zörbig fue reunido con el ducado de Sajonia-Merseburgo, y su infantazgo volvió a la línea de Sajonia-Merseburgo representada por su sobrino Mauricio Guillermo quien, sin embargo, lo pasó a la viuda de Augusto como un patrimonio vitalicio.