Se calificó a sí mismo como un «estudiante de la revolución» y fue una de las figuras destacadas del movimiento libertario alemán e internacional.
En 1915, durante la Primera Guerra Mundial, emigró a Suecia para evitar el servicio militar, siendo expulsado dos años más tarde por el gobierno sueco como respuesta a su propaganda antimilitarista.
A partir de entonces viajó por el mundo, volviendo en cierto momento a Alemania, y viviendo varias veces en España, América del Sur, y Francia.
Fue muy activo dentro del movimiento anarquista en todos los lugares donde residió, y trabajó con anarquistas famosos incluyendo a Rudolf Rocker y a Piotr Kropotkin.
Después de la guerra, fue detenido en Francia, pero consiguió escapar a México.