Augusta de Serravalle

Cita y Augusta siguieron visitando al ermitaño en secreto, siendo Augusta bautizada y, por tanto, convertida al cristianismo.

[4]​ Furioso por la negativa de su hija a renunciar a su fe, Matrucus procedió a torturarla, enviándola inicialmente a la hoguera, de donde salió ilesa, y después ordenando que fuese atada a una rueda y arrojada desde una colina, no sufriendo Augusta ningún daño, por lo que Matrucus tomó la determinación de decapitarla con su espada en Serravalle, distrito del actual Vittorio Veneto, hacia el año 100 d. C.[1]​ (algunas fuentes sitúan el martirio de Augusta en el siglo V).

Según la leyenda, las reliquias de Santa Augusta fueron halladas pocos años después de su muerte en una colina desde donde se puede divisar Serravalle, la cual fue llamada Santa Augusta en su honor.

[1]​ Así mismo, una iglesia dedicada a ella fue construida en el siglo V.

[1]​ Las actas de Minucci fueron incluidas en un volumen titulado De probatis sanctorum historiis, un estudio hagiográfico llevado a cabo por el erudito alemán Laurentius Surius en el siglo XVI.

Urna con los restos de Santa Augusta en la Catedral de Serravalle ( Vittorio Veneto , Italia).