[8][9] Esto fue seguido por otros dos formatos de disco óptico, el DVD-Audio[10] y el SACD.[12] Estos formatos ofrecían beneficios adicionales como el sonido envolvente de varios canales, aunque ninguno de estos logró una adopción generalizada.[6] El estándar «Hi-Res Audio Wireless» relacionado además requiere el soporte para los códecs LDAC, LHDC, LC3plus y MQair.[18] Esto resulta en una experiencia auditiva más inmersiva, donde los matices sutiles de la música y los efectos sonoros se vuelven más evidentes para el oyente.[19] Asimismo, los formatos de audio de alta resolución a menudo tienen una mayor frecuencia de muestreo, lo que permite capturar frecuencias más altas y bajas que pueden enriquecer la experiencia auditiva al incluir detalles que podrían perderse en formatos de menor resolución, lo que permite una apreciación más profunda de la interpretación musical y la producción.Con esto, los músicos y productores pueden beneficiarse al escuchar detalles y matices de su interpretación que pueden haber pasado desapercibidos en grabaciones de menor resolución, permitiendo una mayor perfección y refinamiento en su trabajo.