Atomic Bomberman es un videojuego de Interplay Productions para PC lanzado en 1997.
El juego es relativamente inusual en la serie Bomberman ya que fue oficialmente licenciado de Hudson Soft y desarrollado por Interplay Productions, un estudio con sede en Estados Unidos.
El juego usó el código de Super Bomberman 3, y, por lo tanto, se planeó contener vehículos y otras monturas, similar a las criaturas tipo canguro de Super Bomberman 3, como un aerodeslizador futurista que nunca se logró implementar.
Esta regla del teclado no aplica a las partidas en LAN.
Los mapas usados por el juego se encuentran en forma de «archivos esquema» (extensión .sch).
Una función llamada DENSITY determina qué tan «densa» es la colección de ítems rompibles.
El editor también cuenta con una interfaz gráfica: el usuario puede alternar entre el tema visual «Acres Verdes» y una representación monocromática con patrones.
La única prueba restante de esto es una revista de NEXT Generation (volumen tres, número 27) documentando el desarrollo, en donde se incluyen múltiples animaciones tempranas incluyendo a Bomberman utilizando lo que parece un teléfono plegable, jugando con lo que parece un yoyó, y una imagen renderizada de un Bomberman verde montando un aerodeslizador futurista.
[2][3] En la revista PC Gamer número 44 se han visto múltiples imágenes del juego.
Las animaciones planeadas para cuando el jugador quedara encerrado incluían a Bomberman encogiéndose los hombros y después disparándose, o mirando la bomba, gritando e intentando escalar la pared o bomba que bloqueara el paso; estas animaciones probablemente hayan sido removidas para mantener la clasificación de ESRB deseada.
[22] Trent Ward de GameSpot comentó que aunque las animaciones de muerte humorísticas, y la personalización de personajes y reglas fueran adiciones admirables a la serie, el juego en línea entrecortado y glitches extraños comprometieron en gran medida al aspecto más importante del juego.
No obstante, Rickards escribió que «Este juego bastardiza a la serie; gran parte del atractivo y la jugabilidad bien pulida de los juegos de consolas japonesas no cruzaron el Pacífico».