En paleoclimatología se conoce al Atlántico como el periodo más cálido y húmedo del Holoceno, con base en la clasificación Blytt-Sernander , y las zonas de polen ubicadas en el norte de Europa.
El clima del Atlántico era generalmente más cálido que el actual, por lo que sumado al hecho de que este periodo presenta el período más cálido del Holoceno, el Atlántico se suele denominar comúnmente como el Óptimo climático del Holoceno, o simplemente como el Óptimo climático.
(2006), que luego terminaría en el bien conocido evento de frío del 6200 aC (8200 AP).
[4] El mar subió 3 m por encima de su nivel actual al final del período.
En toda Europa central, los bosques boreales fueron reemplazados por bosques caducifolios, los cuales, aunque proporcionaban un dosel más denso, presentaban una cobertura vegetal más abierta a nivel de suelo.
Sin embargo, la teoría del dosel denso ha sido cuestionada recientemente por F. Vera.
El roble y el avellano requieren más luz para desarrollarse de la que permite un dosel denso.
[5] El muérdago, el castaño de Agua (Trapa natans) y la hiedra común (Hedera helix) estaban presentes en Dinamarca.
En el Atlántico tardío más cálido, el 34% del bosque estaba formado por árboles de hoja ancha.
Los seres humanos vivían en las costas, explotando las aguas ricas en vida marina, los pantanos repletos de aves y los bosques donde los cérvidos y los súidos, así como numerosas especies pequeñas eran abundantes.
Contiene peces ahora raros allí, como la anchoa, el boquerón, y el espinoso Gasterosteus aculeatus.
En el dosel elevado se podía encontrar una zona continua de animales más pequeños, como la ardilla .
El suelo del bosque era prolífico con la presencia de los mamíferos herbívoros: el venado rojo, el corzo y el jabalí.
No todos los antiguos mamíferos de llanura habían abandonado el entorno, sino que permanecían en el bosque y los prados abiertos.
Entre éstos se incluyen los uros, antepasado del ganado doméstico, y el caballo salvaje.