En otras palabras, es un cambio en la morfología celular normal.
Estos cambios pueden detectarse cuando se estudian al microscopio los tejidos o las células aisladas, y están causados por procesos inflamatorios o tumorales, tanto benignos como malignos.
Cuando las células de un organismo se exponen a agentes tóxicos, responden con cambios en su morfología que a veces alteran su apariencia (atipia reactiva).
Estas deben distinguirse de las producidas por transformaciones cancerosas o precancerosas.
Cuando ello no es posible pueden clasificarse como atipias de un significado incierto.